viernes, 26 de septiembre de 2025

 

Vade retro

 

Perverso, aquí aparece, desde oscuridades negras,

brillando con grandes chispas, con rayos y con centellas,

el patrón de los infiernos, príncipe de las tinieblas,

adornado con tridente, mientras cuélgale el apéndice;

Satán cercado de azufre y fetideces pestilentes

y profundos precipicios, el arcángel más cabruno,

el de retorcidos cuernos, el chamuscado chotuno.

Apenas comparecido, viéndome de pie calmado,

blandió sus zarpas obscenas y sus ojos colorados

por doblegarme anhelante contra sus pies de caprino,

rabioso por la deshonra que mi tranquila sonrisa

de su semblante y sus muecas de amenaza se burlaba,

daba saltos y cabriolas del barnizado tablado

hasta tallados cristales de la araña del techado.

¡Lucifer, no me acongojas!, me oyó agitándose un rato,

¡que no quiero poder, carne, ni caudales de dinero

que la avaricia pidiere para llenarme palacios!

Y tampoco me apuraron tus acrobacias y cuernos,

que al igual que tus pezuñas son de un animal prestados

y de tus fuegos y azufre que mi casa han apestado,

tan sólo me han resultado un cuento que alguien ha ideado.

Y en un graznido de fuego que de su boca salía,

el demonio tan ardiente de los ojos encarnados,

molesto por mi sosiego y mis razones coherentes,

bramó de blasfemias miles e inconfesables agravios

que dejaron vomitadas las alfombras y los cuadros

de batracios y culebras que chillaban insensatos,

hasta que el bufo marchó sobre un trueno cabreado.

 


Manolo Madrid

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio