Del corazón doliente
Tantas cosas se esconden en el desván de tu cabeza, que a veces cuesta buscar entre polvaredas, telarañas y cajas cerradas el porqué de esos sentimientos de dolor que atenazan tu corazón. Y te pasas horas y días subiendo las escaleras de tu mente en busca de algo que te deje saber y te permita ahogar algún fantasma que interrumpe tu sueño y adhiere tus pasos que se hacen pesados y viejos.
Del corazón doliente
De tu corazón doliente escaparon mil suspiros,
agua entre las breñas y bruma entre los trigos
luminarias que retozan de noche en los pasillos,
oteando en las ventanas: ¡Se mueven los visillos!;
pájaros perdidos persiguiendo en los cristales
el refulgente semblante de la musa que deambula,
aflorado firmamento de empalidecido brillo,
diosa que se esconde y te sonríe entre zafiros.
Y escalones más arriba, esquivando los peldaños
de revirada madera que se queja con crujidos,
en el desván de tus desvelos disfrazando los años
con tus dedos indiscretos rebuscas entre cajones
y olfateas los pañuelos de naftalina mordidos,
y aún despejaste puertas ojeando los escondrijos
destapando horizontes que adornaban paredes
y cuadros de bodegones, pintores desconocidos.
Allí encontraste murmullos del corazón mellizo,
retozos del escondite que maltrató los amores
que tus ojos y tus labios hubieron antes rendido
y dejaste expirar las horas de sofocados besos
y de manos vehementes en reinos desconocidos,
ternuras amorosas que descubrieron paraísos
que turbaron las miradas que agitadas brotaron
hasta rendir tus brazos y abandonar el sentido.
Manolo Madrid ®
Del poemario “Desde mi amura”
Del corazón doliente
De tu corazón doliente escaparon mil suspiros,
agua entre las breñas y bruma entre los trigos
luminarias que retozan de noche en los pasillos,
oteando en las ventanas: ¡Se mueven los visillos!;
pájaros perdidos persiguiendo en los cristales
el refulgente semblante de la musa que deambula,
aflorado firmamento de empalidecido brillo,
diosa que se esconde y te sonríe entre zafiros.
Y escalones más arriba, esquivando los peldaños
de revirada madera que se queja con crujidos,
en el desván de tus desvelos disfrazando los años
con tus dedos indiscretos rebuscas entre cajones
y olfateas los pañuelos de naftalina mordidos,
y aún despejaste puertas ojeando los escondrijos
destapando horizontes que adornaban paredes
y cuadros de bodegones, pintores desconocidos.
Allí encontraste murmullos del corazón mellizo,
retozos del escondite que maltrató los amores
que tus ojos y tus labios hubieron antes rendido
y dejaste expirar las horas de sofocados besos
y de manos vehementes en reinos desconocidos,
ternuras amorosas que descubrieron paraísos
que turbaron las miradas que agitadas brotaron
hasta rendir tus brazos y abandonar el sentido.
Manolo Madrid ®
Del poemario “Desde mi amura”
Etiquetas: amores perdidos, corazón dolido, Manolo Madrid, ManoloMadrid, Manos vehementes, pájaros perdidos, suspiros
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