Por la puerta
De “Rumores del Duero”
entre las rampas de piedra y
los escalones de frío,
enrevesados pasajes con las
portillas cerradas
y los muros deslustrados
levantados con granito;
por la puerta clandestina se
atraviesa su postigo,
entre fantasmas y sombras de
mil suspiros colmadas
que de noche aparecían entre
mil escalofríos,
importunando a sus amas,
requiriendo a sus dueñas
que confundido se hubieron en
retorcidas callejas,
que rebosando de trampas y de
tantos artificios,
les llenaban con los celos
cuando no habían venido.
Por
la puerta, de cautela, se retorna desde el río,
donde el calor del verano
presionaba a las mozuelas
para que al agua llegasen sin
guarnecer entretelas
y que subieran descalzas y
así respirar la noche
en las almenas más altas,
donde contempla la Luna
al hidalgo de la torre que
tan galán ha venido,
envidiosa del vizconde, que
enamora doncellas,
que acaricia sus cuerpos sin
conseguir impedirlo;
por la puerta más furtiva la
conjura fue subiendo,
sobre peldaños de sangre que
las nubes ocultaron,
para dejar escondidas manos
del asesino.
Manolo Madrid



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