Callaba la tarde
De “Rumores del Duero”
Callaba la tarde entre
murmullos del río,
dormidas quedaron las añejas
campanas
pintando las torres con el
eco partido
y tantas cigüeñas resonando
su pico;
callaba la tarde contemplando
a la Luna
recién recalada sobre el
borde del aire,
quitándose el sueño para
verle la cara
pintando su plata en
temblorosos añiles
de Duero teñido, que discurre
y que canta,
vistiendo la noche con rumores
fundidos.
Callaba
la tarde en el jardín del castillo,
tapando las flores,
escondiendo a sus niños,
¡dormid campanillas,
rosetones y rosas
que en noches de estío no
tendréis ningún ruido!;
callaba la tarde entre los
campos cercanos,
por ver sus espigas con la
brisa bailando,
celebrando el grano que
contienen prendido,
por ver a los chopos que
agitaban sin prisa
las ramas henchidas de sus
hojas de plata,
ocultando entre ellas, los
pardales, su nido.
Manolo Madrid



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