viernes, 5 de septiembre de 2025

 

Sueños oscuros

 

Sostuve con entereza los ojos de Cancerbero

y tres miradas rojizas abrieron sobre mi cuerpo

de osario despellejado y buen corazón maltrecho.

A mi rostro llegó enseguida el viento que levantaban

las sierpes de su melena y el extremo del dragón

que con violencia agitaba, marcando así la cancela

del país que vigilaba con tres cabezas de perro

feroces como la guerra, que cincuenta parecían

vigilando el reino oscuro donde los muertos se guardan

y se esconden los titanes tras las portillas de fuego.

Y sobre el brillo del agua, flotando miré la barca

y la mano de Caronte, barquero que la guiaba,

rebuscando, antes que nada, bajo mi callada lengua

con dedos de fría escarcha, cierta moneda de plata

que nivelara su esfuerzo de atravesarme el lago,

que del castillo de Hades todavía me separaba.

 

 

Manolo Madrid

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