Todos quieren verte
Aquí yacen los ángeles,
apenas marinerillos,su avemaría rupestre;
son anchos los escalones,
altos los minaretes…
Entré con la vela avivada
y el olor ya me encontraba,
olía la cera, olía la muerte,
olían los pies, ¡apresurada gente!
Subía peldaños,
miraba los techos
y bajaba a los llanos
y puse las manos en capiteles dorados,
rozaba mis dedos entre frisos bañados;
mortecinos los cirios bajando escaleras,
¡mira las llamas!, miles son candelas,
millones las pestañas
escondiendo los ojos.
Y retumbaban las voces,
se amplía la iglesia
y corren susurros de aves fugaces,
gorriones oscuros que llegan de arriba
buscando su nido en cabezas dolientes
que apenas te miran,
que apenas te mienten
brillando sus ojos, sangrando sus mentes
y se mueven despacio,
para poder distinguirte.
Venía… a leerte, túnicas y hachones
y murmullos de río, todos quieren verte,
pero sólo está tu cuerpo
porque tú ya estás ausente,
murmura la cera y aletea la muerte,
todos te quieren sentir,
nieva el corazón, blancas son estepas,
de suspiros las cortinas … que esconden la muerte.
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