A mi hermanita Merche
Quizá te olvidaron,
no sé si todoso parte de algunos,
ni sé si almas o corazones,
tampoco si fueron miradas de unos ojos ciegos
o pestañas rubias
agitándose en la imagen,
de ti, hermanita…, pequeño ángel,
serafín, que de colores te desnudabas,
de realidades,
mientras tu cuerpecito
aleteaba en manos tibias,
pajarito sin fuerzas,
que dejaba su cuerpo y enfriaba mis dedos,
ligero peso inerte
del que lleva mayor parte,
despiadada la muerte.
Quizá te olvidaron tristes
y no sé qué pensaron
un instante tenue,
ni por qué te llamaron Merche,
pero sé que en mis huellas
quedaron las tuyas, recientes,
quedaron tus pequeñas manitas calientes
y en mis ojos, ahora más viejos,
dejaste réplica de tu estancia
que después se desvanece
y quedó una copia de tu muerte
y el brillo que me diste
cuando volaste para perderte,
una sonrisa breve…,
un palpitar más lento,
revoloteo triste cerrando historia,
enfriando aliento,
escribiendo en mi alma tu recuerdo
un deseo por verte…, de nuevo.
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