No preguntes
Cuando todos te hayan dicho
murmurando en el silencio,
bajo alargados cipreses
en una tarde cualquiera,
que de mis días sombríos
ya me ha llegado el invierno,
no me llores ni me grites,
ni reproches a mi cuerpo
que ya se quedó vacío,
que yo, ya no vivo dentro.
Cuando todos te contemplen
bajo la tarde nublada,
entre cruces y paseos
donde reposan los muertos,
esquivando con vergüenza
tus ojos entristecidos
que no entienden lo que pasa,
no me chilles ni me insultes,
que sólo queda el recuerdo
que en tu pecho se remansa.
Cuando todos me sepulten,
entre ráfagas de cierzo,
escondiéndote la cara
para esquivar tus luceros,
que preguntan y requieren
las razones escondidas
que llamaron a mi huerto,
no supliques los motivos
que trajeron mi camino
al sumiso cementerio.
Cuando todos se despidan
cabizbajos a tu lado,
escudándose en la lluvia
para guardar el secreto,
acuérdate de mis manos
escribiendo aquellos libros,
que escondidas entre frases
y entre miles de palabras,
permanecen disimuladas
las líneas de mi libreto.
Manolo Madrid
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