Saga de los molinos
I
Os confundieron antaño
con gigantes maliciosos,
sin que hubierais hecho nada,
apenas moliendo el grano,
aleteando los lienzos
mientras chirrían suspiros,
en el campo sus silencios,
abriendo siempre los brazos
a los vientos que soplaron
desde los cerros más altos,
que los tenían girando
sobre la pesada piedra
que molía las almortas
y los trigos de los campos.
II
Después vinieron las guerras
para que ardieran las huertas;
los unos eran de izquierdas
y los otros de derechas,
pero todos reclutaban
soldados para contiendas;
se llevaron a los quintos
a los sextos y profetas,
se mataron los poetas
por la verdad que decían
y el molinero enganchado
en una puta escopeta.
Y se abandonó tu muela
en silencio y sin trabajo,
mientras pendencias llevaban
el hambre por los collados
y se pelaban las granjas
por dar comida a soldados.
¿Qué susurraban las aspas
con las noticias del viento?,
que venían tan lejanas
sin traer noticia alguna
del molinero embaucado
por un civil avariento.
III
Algunos años pasaron…,
los soldados regresando
para enterrar a los muertos
y sacar de las campiñas
las bombas que no explotaron,
volver a poner tejados
y levantar los linderos
que los tanques destrozaron;
se molieron los centenos
y los trigos se cribaron,
se amasaron nuevos panes
y algunas artes flamantes
desecharon con descaro
a los molinos de siempre,
las labores que de viejos
realizaban dando vueltas
con sus aspas agitadas,
rompiendo el filo al paisaje,
moliendo el hambre del campo,
sin recibir un domingo
que viniera de descanso
para moler un distingo
de señoritos en coches
que no tiraban caballos.
IV
Ahora,
os han pintado de limpio
y han encalado de blanco,
arreglado vuestros brazos
y remendado las telas
que gritaban en colgajos;
os han dejado carteles
para evocar el pasado,
reparando vuestras losas
y, de los remos, los paños.
El molinero no ha vuelto
porque un tiro lo ha matado
y quedó en esa cuneta
donde no crecía el grano,
pero el molino se yergue
en la cima de un collado,
aunque no suenen las muelas
que antes rompían los granos
para dar pan a las mesas
de los pobres y los amos.



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