Plaza de Arias y tilos
Del poemario “Rumores del Duero”
Asimétrica, alargada,
y pasos empedrada,
entre muros de conventos,
y casas de devociones,
redoblando campanadas;
la parentela de tilos
suben altivos en el centro
alineados y verdes,
hasta caer el invierno;
las sombras abrigan luces,
lentos susurros, silencios
y tal que día tras día
viene adormilando el tiempo,
como que noche tras noche
no doliese nada
y no soplase cierzo.
Desde
la estrecha acera,
de redondos veladores
y sillas avecinadas,
la que nació porticada,
dejo resbalar mis ojos
en cierta aromada tarde
esperando las campanas
unas de San Ildefonso,
más profundas y más roncas,
tan lentas, tan espaciadas,
atrayendo en tales voces
a Musas y tantas diosas
para que rimen palabras,
esas que inspiran poemas
a la placita de tilos,
austera plaza de Arias.



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