Olvido
Del poemario “Colmando las alforjas”
Y desperté en la
noche voceando
gemidos de la
fronda copulando
al río que sumiso
se entregaba
en fecundos
ribazos de estañado
transcurrir,
inquietante como sangre
que regala la
vida con su nombre
de castellano
Duero, denso y glauco
en nocturnos
acuerdos entre húmedos
susurros
solitarios, faro altruista
que conduce mis
pasos por la orilla
de acharolados
brillos, refulgentes
prados, Diana
rielada señalando
zopeteros de
cañas y misterios
que saltan cual
gazapos escondidos;
y
me doy por perdido con las manos
tendidas por
buscarte, sin hallar
la sombra de tu
carne, de tu vida,
paraíso perdido
en madrugadas
inciertas de
rechazos insensibles;
de nuevo quiero
aullar como un ciprés
que agita su
estirada arboladura
cuando el viento
la mece y la susurra;
entonces gemirá
en nocturnidad
mi deseo epicúreo
de tenerte
otra vez más,
cual río que en su cauce
ciñe blanda
sustancia y humedece
los brazos que le
cercan por no dar
libertad al
olvido que estremece.



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