HOY ABRÍ EL CALENDARIO
Hoy abrí el calendario y observé
con tristeza que ya terminase el año,
que se fueron cayendo lentamente
hojas numeradas y comentadas,
sin que de volver me diesen ganas
a renacer la vida que me asiste,
sin que me hicieran daño tantas horas
y tantos días, tantos meses que caían,
como cayeron hojas de la acacia
donde apoyaba mis manos, un ocaso
absurdo en que perdí tus labios,
labios de mis desvelos,
labios de mis besos,
besos de mis amores y mis recelos
cuando una noche larga
tus caricias se me perdieron,
labios de nostalgia
escribió mi lapicero,
hoja de un helado enero, un mes cualquiera
donde perdí tu boca y sin decir
quedó un ¡te espero!,
verbo que cambió el futuro del tiempo
por pretérito imperfecto
y cerré mi calendario sin apuntar de nuevo,
cual si fuese una caja de muerto,
cual si fuese la agenda de los días de un desierto.
Y quise aún pasar mis dedos y ellos
despacio recorrieron suspicaces las hojas, indagando,
buscando aquel minuto en el cuaderno,
la fecha por si hubiese equivocado
y hubiera sido incierto aquel suceso.
Luego dormí mi cara y aguanté
mis ojos de pestañas impedidas
por borrar los recuerdos anotados
aquella atardecida, algún mes de enero
que discurrió volando, con sus tardes
y amanecidas intranquilas, de viajero.
(Publicada en "Humo entre las tejas" - ISBN:978-84-124687-7-9 <dep.<legal: LE-9-2024
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio