Quizá
Son, quizá, palabras presumidas,
¡yo… yo… yo!,yo tengo, yo soy, yo también,
yo más, yo… yo… yo… y vuelan por el aire
cual golondrinas en poniente,
dando vueltas y aleteos, jeribeques;
y suben y bajan
y se colocan en la punta
de telegramas en postes,
haciéndose dueñas de corrientes que cruzan
campos de berzas y zanahorias silvestres,
diciendo en código Morse los nombres de siempre,
yo… yo… yo…
raya punto raya raya, raya raya raya
y te dicen dineros
y fábricas y graneros
y bodegas de pío sandunguero,
¡y yo tengo en el banco…!,
y te miran con sus ojos lastimeros,
con sus ojos tan sinceros.
Y claman apoderadas palabras
que saltan en ascenso,
soberbias actitudes presumiendo de imperios,
jactancias, orgullos
y pedantes vanidades que te quitan el resuello,
que te echan de tertulias
y te amargan la sonrisa
y te hacen belicoso y agresivo,
intolerante al parloteo tan nocivo;
pero te vuelves callado y reservado,
prudente, silencioso y moderado,
por no decir ¡no quiero!,
deja tus dineros, tus menciones, tus imperios,
deja de ser pedante e inmodesto,
¡yo… yo… yo!…
que cuando te vayas
saldrán de nuevo los geranios
y serán macetas sin cajeros de bancos,
serán flores sin parlanchines jilgueros.
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