Nostalgias
(De “Poemas para un destierro”)
Y miré, desde el recuerdo, la puerta.
La mano ocupada con tanto peso,
los pies dispuestos,
borrando deprisa los recuerdos
para no mermar la idea
ni colmar lastre de equipaje.
¡Olvida!, me regaño dejándome llevar,
pinos y valles viviendo en el paisaje
y corriendo sin cesar,
en ojos,
en sonidos y rumores,
en aromas para nunca olvidar.
Al fondo la idea, el desahucio, la condena,
el abandono de la vida,
una minúscula planta sin maceta
caída de alguna ventana,
un gurruño de barro adherido en raíces
que no tendrá bienvenida,
que no será acogida,
un grisáceo muñón de tierra,
abatido en una acera
para pies de paseantes y descuidados,
sin nadie que lo recoja
y lo salve del final,
del anonimato
y lo devuelva a su alfeizar y su tiesto
y lo riegue con agua de certezas
y benevolencia.
No te marches, no… ¡que me da pena!
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