martes, 5 de agosto de 2025


 

No me siento solo

(De mi poemario “Colmando las alforjas”)

 

La noche que miro al cielo, ya no me siento solo,

la noche que me rebelo y me dejo llevar al monte

y dejo que mis pasos suban largos los senderos,

senderos enredados entre aromas de los espliegos,

ya no me siento sólo.

Y ya no me siento solo la noche que me paseo,

porque subo mis ojos limpios

            para mirar estrellas,

            para mirar luceros,

                        para contar las nubes;

y no me rindo y no me canso

            si las estrellas me miran,

            si los luceros me oyen

                        o si las nubes me guiñan

                                   la Luna que allá camina.

Y entre perfiles y brillos,

entre brillos y destellos y luminarias del cielo,

mantones de mil Perseidas y galaxias que se esconden,

marca el sendero Selene de misterios que se rompen,

mientras oculto mis pasos entre las trochas pardas,

mientras oculto suspiros bajo el jubón y los fardos,

mientras arreo el borrico que se ha dormido en los prados.

Y entre negrillos y castaños, mi perro corre en silencio

y ulula el búho su canto, llamando a las sombras frías,

que porfían desde las nubes

y desde las nubes vuelan tapando lo que tú hacías,

para que borren el brillo que hubo pintado Diana,

la huella que me persigue denunciando lo que sentía,

el brillo que deja el rastro cuando salgo por las noches

para llevar de estraperlo

el contrabando del día.

 

Manolo Madrid

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